miércoles, 26 de noviembre de 2014

LA BALLENA RUSA 19 NOV 14 By Morfeo

     La pena se va mezclando con el cansancio de los días pasados, hoy es el penúltimo día de nuestra estancia en este maravilloso país, y para que no se diga que no aprovechamos el tiempo, nuestro despertador suena a las 5.00 am las horas de sueño eran escasas, y más teniendo en cuenta que la noche anterior habíamos coincidido con Fátima y Raúl que iban acompañados de unos chico de Vitoria que habían llegado hace poco a Sri Lanka.

     El motivo de salir de esa maravillosa cama que te absorbía con el calor de sus sabanas y comodidad, era el poder avistar ballenas azules en Mirissa. Merecía la pena el madrugón, ver un cetáceo de 22 mts moverse y zambullirse en el Océano Índico era nuestro objetivo.

     La noche anterior, Keith el maître del restaurante nos había enseñado fotos que había hecho el verano pasado, craso error, la mente inconscientemente se golpea con la misma piedra de creer que vas a poder sacar las mismas fotografías o mejores en tu visita.

     Salimos del hotel con nuestro desayuno frío, el día no prometía, las nubes negras se habían apoderado del cielo estrellado que vimos la noche anterior, desde Unawatuna a Mirissa había aproximadamente una media hora de camino, teníamos reservado plazas en el barco de las 7 am, pero había que llegar antes que los chinos para coger buenos sitios...

     Antes de llegar a Mirissa hicimos un par de paradas: una porque vimos a los reales "stick fishermen" (ya explicaremos esto en otra entrada) y otra para sacar las rupias de la excursión, 5000 por cabeza, y tras abonar la cantidad en la oficina que tenía montada el propietario del barco, nos hizo pasar a su despacho para pagarle, algo que todavía no hemos entendido, por mas que le hemos intentado buscar explicación, Manoj nos llevo al puerto para embarcarnos.





     Allí estábamos una 70 personas, entre los que se encontraban gente mayor y niños con las mejillas de las caras rojas y la emoción del poder disfrutar de un buen espectáculo marino.

     Nada mas zarpar, ya te podías imaginar que no iba a ser una mañana fácil, el barco parecía sacado de un parque de atracciones, lo podíamos bautizar con el "barco ruso", madre mía, las bolsas de plástico no daban a vasto, uno de nosotr@s paso un muy mal trago, y eso que habíamos puesto todos los medios médicos para que eso no pasara, pero el color moreno de su piel paso a un pálido funerario sin que los dos que estábamos bien, pudiéramos hacer nada por aliviar a nuestro compañer@.


     Cuando el olor dentro del barco llamaba a más usuarios a unirse a la improvisada fiesta, decidí salir a respirar aire puro, yo creo que fue eso lo que me salvo de no caer en las redes del vomito y el malestar, asomarse al borde del barco era ver el abismo de las olas, creo que puedo decir que eran de 4 a 5 mts fácilmente

  Allí en la proa del "barco ruso" con los uy y los ay de la gente por los saltos que daba el barco, pudimos ver a los primeros invitados de nuestra excursión, un grupo de delfines que nos daban la bienvenida con saltos y mas saltos, lastima que la furia del mar no nos dejara presenciar el espectáculo de la mejor de las maneras, seguimos la ruta mar adentro, teníamos en mente poder ver a uno de los animales más grandes de la tierra, la ballena azul.

   
     Todo el personal del barco estaba con los ojos bien abiertos para avistar las llamaradas de aire y agua que salen del orificio respiratorio.


     Bingoooooo, allí estaba, el grito de uno de los componentes de la tripulación dio paso a los gritos de alegría de los allí presentes, estaba un poco alejada y el barco cambio el rumbo rápidamente para alegría de los sanos y desesperación de los que no.


     A los diez minutos de haber avistado la ballena, esta vuelve a salir a la superficie para coger aire, y con sus salidas , podemos ver la dimensión real de su cuerpo, que maravilloso animal.

     Seguimos al cetáceo durante un buen rato, y el compañer@ que estaba abajo se unió con nosotros en la parte superior del barco, su color era como sepia, mezclando el buen color solar con el mal rato pasado, las exclamaciones de los pasajeros cada vez que la ballena mostraba su lomo eran de admiración, hasta un pobre niño chino que hace dos minutos estaba en la parte inferior del barco sacando de su cuerpo lo que no tenía, ahora daba botes de alegría cada vez que el cetáceo se presentaba ante sus pequeños ojos.

     Tras la tercera aparición, el capitán decidió con buen criterio volver a puerto, la mar seguía igual de picada y el vaivén del barco era el mismo que nos había visto zarpar, además la lluvia se sumó a la fiesta, que aunque cálida, mojaba nuestras ropas con posibles consecuencias en nuestra salud.

     A las 11.30h llegamos, y Manoj nos esperaba para llevarnos al hotel, tras una reparadora ducha y una siesta, Mosquetera aprovechó que los ruidos de la "madera"de la planta superior no la dejaban dormir, para llevarse el mastodonte de libro comprado en el Prat e introducirse en una historia australiana en la piscina del hotel (nota a pie de párrafo....¿Ahora lo llaman ruidos de "la madera"?...)


     A eso de las 15h decidió que ya era la hora de levantarse de la hamaca y me invito a que fuéramos a Galle para novelear, preferí esperar a Adventur y poner un par de cosas al día en nuestro blog para luego quedar con ella en la ciudad y poder cenar juntos.



     Tras pasar un rato, Adventur y yo nos decidimos a caminar por unawatuna para estirar las piernas y justo en el momento en el que las nubes decidieron soltar lastre, nos encontramos a Manoj para que nos llevara al encuentro de Mosquetera.
      Tras callejear por Galle y hacer las ultimas compras que teníamos pendientes y volver a encontrarnos a Fatima y Raul por esas calles con tanto encanto, que suerte tuvimos de cruzarnos con ellos, nos recomendaron un sitio con muy buena música y una decoración con mucho encanto, el sitio se llama Living Room.


       pasamos por allí, pero con los estómagos reclamando energía, decidimos que seria para después de la cena, dimos a parar a un sitio estupendo, restaurante La Fortaleza, estupenda atención y sobre todo la comida estaba exquisita (tanto que ni tiempo tuvimos para hacer fotos), aunque con precios occidentales, eso si.


     Tras la cena renunciamos al té del Living room, y nos dirigimos al hotel para disfrutar de nuestra ultima noche en Sri Lanka.
Mañana seguimos.

6 comentarios:

  1. Bueno bueno bueno.....
    Yo vi ese gris y me dije como mi viaje a Canadá cn Ceci! El peor frío vivido y aprendí q a las ballenas tb les gusta el sol per les salió una!! Se ve guay pq se compara con la barca...fuerte lomo jiji....no me puedo creer q Cris se mareara....¿?...me reí cn lo de "ruidos d la madera"..jiji
    Esa foto de la pool es
    Lo last!!!!

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  2. Beatrice beatrice... Como me voy a mareae yo????? Si soy un lobo de mar... Esta vez has fallado😝.
    Bsss

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  3. Ya decía yo! anda q no te has pegado Tfe-Gomera

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  4. Anda que no habré navegado yo los mares del mundo....jajaja. Besotes!!!!!

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  5. Nefelo: Con solo leer el relato me he empezado a marear. ¡Qué fatiguita más mala!

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  6. Ya te digo Joaqui....mu mala estaba la mar....pero bueno...al menos vimos UNA ballena azul...las más grandes del mundo....
    Decque si no las veiamos pomos volver otro dia sin pagar....vamos allí no hay quien vuelva...jaja

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