DE COMO AGUA PARA ELEFANTES HASTA EL DIENTE DE BUDA.10 NOV 14 By Adventur

Las fuerzas armadas turísticas se despertaron al primer toque de corneta, vestirse, dejar las maletas bien ordenadas, bajar a realizar un buen desayuno occidental (nada de curry, nada de arroz, nada de comidas desconocidas)  en el que no podían faltar un par de huevos para el colesterol, un par de salchichas picantes para abrir el gusto y un buen requesón con miel para revitalizarse y supermineralizarse; y vuelta al campo de batalla de las carreteras colapsadas por un tráfico intenso, con escolares por todas partes, camiones con mercancías múltiples y tuc-tuc que llegaban y motos a desafiar las leyes de la gravedad, en medio de transeúntes, escolares, camiones, perros y monos, todo juntos pero no revueltos.

Tras un par de horas, llegamos a nuestro destino, una fundación dedicada a la conservación y protección de los elefantes. Teníamos la esperanza de poder contactar con estos animales nuevamente, de disfrutar de su compañía y de descubrirnos nuevamente volviendo a momentos de juegos infantiles. Tras conocer a nuestro elefante Mahmut, con una juventud que frotaban los 30 años, fuimos de cabeza al río. Y en  ese preciso momento, comenzó una de las experiencias mas transcendentales que podríamos recordar. 

Empezamos  con un lavado de las espaldas del animal, con un trozo de corteza de coco, le íbamos dando pequeños masajes, mientras le añadíamos frecuentemente agua, por supuesto de uno en uno, mientras, los flashes de las fotos iban descargandose como si estuviéramos adentrándonos en una alfombra roja. Pero no, no quedo así las cosas, y si lo pensabais, es que o habéis llegado tarde a este blog o no habéis leído las entradas anteriores. 

Tras ese episodio, casi sin importancia, comenzamos a quitarnos ropa, unos mas que otros, y dejamos nuestros cuerpos preparados para recibir esta vez nosotros el baño. De igual manera subimos a las espaldas del grandioso animal que sin dudarlo comenzó a dispensarnos con grandes chorros de agua desde su enorme trompa, era sorprendente y refrescante, era extraordinario y divertido, los sentimientos se cruzaban con esta actividad tan simple y tan única. 

En última instancia fue la chica del grupo la que recibió el baño, y tras el mismo y a pesar de ir solo con un bikini, el domador le indico que continuara sobre el elefante, y se incorporo, mientras ella desplegaba en esa desnudez natural todos sus encantos tumbada distraídamente sobre los lomos y luego posicionandose a horcajadas  mientras el enorme paquidermo salía de la corriente. 

Entre risas, nos pedía ufana, que le diéramos la camiseta, que ella era capaz de ponérsela y conducir las 4 toneladas de animal cual amazona paquiderma. Si, si , que si, que acertáis de nuevo, no se la dimos y de esa guisa cabalgó en los cuartos delanteros del animal, mientras que una muchedumbre de asiáticos se sorprendía de la mujer en bikinii rosa que pronto se internó en la jungla acompañada de un elefante, su domador, y un paparachi que no dejó de tomar todas las posibles instantáneas, en todas los posibles posiciones. 

A la vuelta de la selva, la esperaba aún mas multitud, no solo los asiatico, la gente del parque, los voluntarios, los chofer de las excursiones; no se sabía a quien miraban si al elefante con una española en bikini, o al bikini con una española sobre el elefante. Tras ver ese espectáculo, ver a dos chicos semidesnudos sobre el elefante se les pasaba por alto, incluso darle de comer una fruta fresca en sus fauces tampoco parecía gran cosa, pero desde luego la experiencia, el método, la gente y el entorno merecen pasar por ella una y mil veces. 

Tras un parada tecnica para comprar 6 bananas rojas, una piña y 4 mangos, nos dirigimos a Kandy nuevamente para visitar su extenso parque botánico. Si no conoces muchos parques botánicos te puede sorprender algunas composiciones, si no difícilmente puede ser una actividad entretenida. Una hora y un sandwich club después, estábamos de camino a una factoría de madera. 

La explicación fue cordial, y los recursos buenos. El trabajo de los artesanos muy definido, y las maderas de buena calidad. Compramos desde luego, pero a la hora de pagar, Josema no se amilanó, y entro en una lucha de precios hasta conseguir rebajar hasta la mitad el inicial. Este ahorro nos vendría muy bien, no, no penseís mal, si lo que nos íbamos a gastar no lo ahorramos, lo gastaremos en otra cosas seguso, buenos somos nosotros...

Hablando de gastar, por que no comprar gemas???? Y a todos nos pareció bien. Estabamos en un plan, en el que alguien hubiera propuesto "Nos tiramos por un puente?", y todos diríamos  "de que color es la cuerda?", vamos , estábamos eufóricos. 

Llegamos en unos minutos al Museum Gemms Factory, un edificio imponente, un recibimiento espectacular, y nos llevan a una sala de proyecciones, y allí entre algodones nos ponen un video en español , dónde nos explican el laborioso trabajo en medio de la selva y con pocos recursos que tienen los mineros para la extracción de las gemas.  

Es complicado por el medio, y la forma, con unos túneles excavados de forma vertical    (que se denominan chimeneas) y posteriormente excavación en horizontal hasta llegar a la “gravilla” que contiene las gemas; esto en medio de un ambiente muy húmedo, que impermeabilizan con una bomba de extracción y cubriendo las paredes con helechos secos. 

Tras extraer la gravilla esta se procesa con agua en el río, diferenciando las partículas pesadas de las más ligeras, hasta conseguir unas pocas gemas. 

Ora nos sacan de la sala de proyecciones y ora nos meten en el taller, para explicarnos como se limpian y montan las piedars, los diferentes tipos y calidades, unas son endémicas y otras exportadas, unas preciosas y otras semis. 

A partir de aquí , nos llevan a la a zona de compra, elegante, de blanco puro tanto paredes como suelos, escaparates de cristal limpio y reluciente, que encierra un genero que brilla de forma casi pecaminosa. En ese ambiente impío, nos dejamos llevar por el vendedor y vamos a buscar nuestra piedras favoritas, que si una amatista, que si una piedra estrella….hasta que se produce el cataclismo, ante la pregunta ¿Pero cual es el precio?. 

Me explico, estábamos viendo la referencia, y unas decían que si la 1625, la otra 1824, y nos parecía un precio mas que razonable. Que buena calidad-precio!!!!. Cuán equivocados estabamos, al ver el envés descubrimos la etiqueta; 190.000 rps, Como?, eso es como unos 1200 euros. Nuestros ojos dejaron de ver tantas luces, y nuestras caras se llenaron de sorpresa, pero el estallido de risa se produjo cuando el vendedor nos rebajo a unas 170.000 rps, literalmente sacamos nuestros culos pobres de allí y nos fuimos como alma que busca el diablo, ente risas y bufidos... ahora nos explicamos como pueden tener montada una reproducción de una mina en el edificio, monto  yo con eso un viaje al interior de una gema. 

Al volver al coche, y comentar lo ocurrido , nos propone Manoj llevarnos a otro sitio. Al llegar, desairamos al vendedor, pues insistía llevarnos al recorrido previo a la compra, nos negamos en rotundo y nos dirigimos a la compra. Una tienda mas modesta, pero con las misma intenciones, que llegáramos a España sin un cuarto. 

No se en que momento empezó aquella pelicula, es como esas veces que vas al cine, y empiezas a ver el metraje, y durante los primeros 15 minutos no sabes que es lo que te quieren contar hasta que pasa algo, una conversación, una situación, vamos una luz que da sentido a todo el contexto. Eso mismo me aso a mí. Estamos mirando gemas, nos sentamos, y de repente solo pude ver a Cristina probándose zarcillos sin parar, se ponía unos se quitaba los otros, primero en una oreja sola, cuando esa ya le dolía, si oís bien, dolor de ponerse zarcillos, comenzó con la opuesta. Entre tanto Josema por la galería, calculadora en mano, haciendo cuentas y diciendo que todo era muy caro, que si el euro era ahora mas barato, que tenian que entender la situación. A estas, los empleados sacando cajas y cajas de gemas engarzadas, unas mezcladas con otras, que si la piedra estrella, que si zafiros, que si piedras lunares. Como empezaron a pensar que no las veíamos bien, trajeron unos bolis-luces y nos mostraban su brillo, y llego el culmén, el éxtasis, el cenit , el nirvana tras un intenso sansara, Cristina se enamoro. Si hablo de amor, pasión la horma de su zapato, su media naranja, la posesión deseada y no encontrada…..AMORRRRRRR….por el Ojo de gato, si señor , cada uno tenemos nuestro talón de Aquiles y este fue el de ella, esa piedra color verde miel , esa suntuosidad y suavidad, con un brillo sólo vertical que se desplazaba al mas mínimo movimiento y la mas leve reflexión de la luz, esa y sólo esa, y de entre todas de una, era la niña de sus ojos, el brillo de su mañana, el sol y las estrella de su filamento. A partir de ahí, yo vivía en una realidad alternativa en la que solo existían tres personas, Cristina poseída por la gema, Josema por la calculadora y el vendedor por los otros dos. Y os estaría preguntando, pero al FINAL HUBO  COMPRA?, Puedo afirmar que hubo, pero ni se que , ni cuanto costó…

Era próximo a las 18:00 cuando salimos de la Gems Factory, y aunque el cansancio nos perseguía de cerca, no nos dejamos abatir y nos dirigimos al templo del diente de Buda, teníamos que apreciar esta joya del budismo, un evento religioso diferente lleno de gran transcendencia que merece la pena vivir y experimentar. 

Se alargó mas de lo que esperabamos, y con unas cientos de fotos mas en neutras cámaras, era el momento oportuno para degustar una sabrosa cena vegana. 

Lástima el termino cena y sabrosa sobren en el parrafo anterior, y vegana es lo que ponía en los carteles, yo lo que comí fueron unas mazamorras, unos pseudocreps gigantes que no sabían a nada, unas bebidas insulsas y unas salsas muy especiadas que no dejaban que tu paladar sintiera nada mas que el intenso deseo de meter tu cabeza en un cubo con agua y hielo. 

No podíamos más, solo queríamos hotel, tras una ducha y un plátano de postre, fundimos a negro.