DÍA DE TRÁNSITO 2: JAFFNA-TRINCOMALEE 3 NOV 14 By Adventur

Los días se cruzan en mi mente, ya no se cual es el mundo real y cual el del Naiguiri, espera,  que no...ésta no es la peli!!!!…Comienzo otra vez, los días son como una sucesión incansable de fotos que dan vueltas mientras una las selecciona y otro las retoca, y luego pasan a comentar las que están mejor para hacer 3, 4 o 5 publicaciones más en el blog, o las que hagan falta. Y luego al final del día, y antes de comenzar a darme la paliza para que escriba otra entrada, ellos vuelven a ver las mismas fotos retocadas o no, para elegir el top ten de las que ya estaban previamente bien. 

No es cansino, no , es lo siguiente….y claro ahora me veo en la controversia de escribir un día que se podía resumir de la siguiente manera: viaje en coche 5 horas, dos paradas técnicas una para dejar fluidos otras para hidratarse. Llegada al hotel, impresión en nuestras caras al ver el alojamiento, comida más que rica, paseo por playa, foto, foto, foto a todo lo que se mueve, críticas: “ hay que poco te diviertes y que pocas fotos haces”, vuelta al casoplón, conexión de wifi, otro paseo por la playa y fotos…y fin del día. Pero claro, con eso no basta. Así que ahí tenéis para el que quiera algo mas concreto lo siguiente (si sois como yo, de los "si bueno y corto dos veces bueno", deteneos, parad, no sigáis leyendo y volver a vuestras vidas…como dijo la enjuiciada y posteriormente casi encarcelada Isabel Pantoja: “ i no tenéis una vida, compraos una”, ¡qué gran mujer!

Para los amantes de los blog exteeeeeeensooooosss……

Tras un desayuno ayurvédico, o sea, huevos y pan, por que lo otros platos del buffet no hay ni ayurveda que se  lo coma, iniciamos neutro tránsito por las carreteras desde Jaffna a Trincomalee, eran muchas horas, y el sonido constante del motor del coche y de la conversación interesantísima, de lo bien que estaban quedando las fotos y de lo mucho que le gustaba a Cristina el color de las espigas de arroz, el sueño me embargaba y eso que la noche anterior dormimos confortablemente. Ante la curiosidad del verde, levante la mirada de mi asiento replegable y pude ver como tres miseras espigas de color verde, en un fangal de barro, sobresalían, y visto que no me interesaban demasiado, continué mi sueño sin importarme, en esta ocasión, como se deletreaba Anaduradhapura. 

Las carreteras iban empeorando, y la lluvia, aunque, escasa era persistente. Las vacas solas o en manada atravesaban la vía, y obligaba en algunos momentos a parar hasta que decidieran ir a pastar al otro lado de la calzada. Tras el control policial y un saludo a los baños, retomamos una carretera secundaria que sólo nos hizo que echáramos de menos la pésima carretera anterior. Preguntamos cuanto faltaba, y aún quedaban otras dos hora y media de viaje. Y como no se nos ocurría que hacer, decidió Cristina darle un repaso al nacimiento del Té en Sri Lanka; que paso a continuación a comentar para el deleite de vuestros ojos: “La introducción se produjo en el siglo 19, después de que las plantaciones de café se diezmaran debido a una enfermedad, tras una exposición botánica realizada por los británicos. Los dueños de las plantaciones pronto descubrieron que en el Hill Country se daba la tríada perfecta: clima cálido, altitud y terreno en pendiente. De esta forma Sri Lanka se ha convertido en el productor número uno a nivel mundial, desbancando a Kenia. Dependiendo de la altitud podemos encontrar diferentes calidades de té, entre más alto (1200m), al crecer la hoja mas despacio también acumula mas cantidad de sabor y como no de antioxidantes, 10 veces más que las espinacas y la coliflor. Las hojas en altitudes bajas (600m) tienen mayor cuerpo, pero menor calidad....¿Adivináis cual vamos a comprar??? La recolección se realiza por las manos, únicamente de mujeres, y recolectan mínimo unos 20 kilos día, y su trabajo es valorado en 3 dólares día. Posteriormente las hojas son desecadas, cortadas y empaquetadas”.

Ya se, estáis aplaudiendo por la cantidad de cosas que estáis aprendiendo, y el no haber seguido mi consejo y leer el formato extendido. Pues hala, que os enriquezcáis. 

Ya en Trincomalee, nos dirigimos a Nilaveli, en busca de nuestro futuro domicilio, Abandonamos la carretera general e iniciamos la conducción por unas terciaria, dónde tras fotografiar dos pájaros pintos, otros de color verde, otros verde pero de cabeza roja, y casi fotografiar un camaleón; nos encontramos con la Casa de Falcon Crest, una gran villa de dos plantas, a dos aguas, en blanco y con tejado ocre, un jardín enorme que daba a una valla blanca que se fundía con la playa, en la que había una línea de palmeras cocoteros en plena juventud. Pero al ver su interior, con dos salones, 5 baños otras 5 habitaciones, y dos para el personal doméstico, nos quedamos a cuadros, se nos había olvidado una cosa fundamental en la isla, y es que de esa manera no se puede viajar, en estos viajes, recuerden, tienen que traer  al Servicio!!!!!.

Tras la sorpresa inicial, y reparar en que el hambre nos acosaba, buscamos en la guía un lugar que se acompasara con nuestro excelente estado de ánimo, y fuimos a dar a un Resort con una sorprendente cocina de productos frescos, y una compañía grata: monos, ardillas, cuervos, mas ardillas. Un Milkshake de mango para cada uno y vuelta a nuestra Hipervilla. Tras hacer un par de gestiones, conectar el wifi, dar un paseo por la playa y guardar los víveres que se compraron en las tres grandes superficies que visitamos, quedamos con Amal, nuestro regente para un cena tutorizada al estilo de Sri Lanka. 

Y a comer nuevamente, todo estaba espectacular….que difícil es esta vida del turista y que poco me quejo.