DILUVIA´S ROCK AND SRILANKAN COUSINE 14 NOV 14 By Morfeo

     Después de dormir plácidamente en nuestra súper habitación de Harana Heigts hoy es el día en el que la cama ha disfrutado algo más tiempo de nuestra compañía, son las 7.00 am cuando tras despegar las legañas de nuestros párpados, bajamos las escaleras hacia la recepción/restaurante y ante el asombro de nuestro casero de que no tomemos té sino café para desayunar, nos preparamos para disfrutar de un buen plato de fruta fresca, crep de plátano y nuestra ya familiar tortilla srilanquesa.

     Tras preguntar a nuestro "sonriente casero de dos caras" la forma más rápida de llegar a Ellas rock, nos preparamos para "nuestro paseo matutino", que feliz es la inconsciencia....

     Antes de ir a ELLAS ROCK pasamos por el ELLA SPICES GARDEN, para hacer la reserva para esa misma  tarde, íbamos a un curso de cocina srilanquesa, hicimos el pago de 2000 rupias por persona y además de aprender a cocinar varios platos típicos del país que luego podríamos degustar.

     Nos adentramos en el pueblo de ELLA y llama poderosamente la atención que apenas hay nada señalizado, prácticamente como todo el país, solamente nos dijeron que el trayecto más cómodo era a través de las vías del tren, pues nada, allí nos dirigimos como chicos obedientes.

     Aunque todos los carteles de la estación de tren aconsejaban el no transitar por ellas, hay que decir que la velocidad máxima que puede alcanzar el tren es de 15 km por hora, ósea que teníamos tiempo suficiente para poder reaccionar en caso de que pasara mientras nosotros invadíamos su espacio.

     La excursión la empezamos tres, pero en el camino se fueron apuntando varios visitantes imprevistos, dos perros que fueron bautizados rápidamente por el monaguillo real, ellos solo obedecían a los nombres de panameño y panameña, era una película de dibujos.

     Seguimos el camino y entre cascada y cascada, foto va y foto viene, nos encontramos varios restaurantes a pie de vía, la verdad es que yo no daba crédito, ¿ Pero que pasa aquí?

     Tras un buen trecho recorrido, nos preguntábamos donde tendríamos que girar para poder acceder a la montaña, increíblemente, nos cruzamos con un señor mayor con una sandalias rosas y un paraguas azul que muy amablemente nos acompaño a la desviación, para luego ya quedarse y ser otro mas que se apuntaba a la excursión, menos mal que vino, estoy convencido que no hubiéramos podido encontrar el camino idóneo para subir, o en su defecto, creo que todavía estaríamos entre parras de berenjenas, cebollas y demás hortalizas que se plantaban en los alrededores, que subidaaaaaaa, todavía no siento las piernas de la paliza que le di a mi cuerpo, Mosquetera también estaba pasando por un bache físico, y Adventur aprovechaba nuestro deplorable estado físico para hacer sus pequeñas paradas. (apunte de Cris: PERDONAAAAAA!!!! Quien estaba pasando un bache físico???? porque yo estaba como una rosa...lenta pero segura...jajaja)

     Pero lo peor estaba por llegar, como consuelo he de decir que las vistas eran increíbles, se respiraba con el poco aire que nos quedaba en los pulmones una gran tranquilidad y paz.

      Al final de camino nos encontramos un buda que disfrutaba diariamente de un paisaje único, la cámara empezó a echar humo, fotos de todos los colores e ISOS, hasta que nuestro guía improvisado nos dio el aviso de que teníamos que bajar, en el horizonte se aproximaba una gran sombra que podía poner en peligro nuestra integridad a la hora de bajar por la colina.

     Las primeras gotas hicieron acto de presencia cuando nos disponíamos a ir al otro mirador, teníamos intenciones de sacar una fotografías a tan majestuoso paraje, pero nuestro gozo en un pozo, unas enormes nubes de ceniza  se habían adueñado del entorno, boicoteando el momento.

     De leves gotas pasamos a diluvio en lo que tardamos en ponernos los chubasqueros, lo que hace escasos segundos era seco, ahora era encharcado, las nubes que antes saboteaban el momento, ahora se metían y se clavaban en los arboles pintando una cortina de humo que hacían de la  visibilidad una utopía, las raíces de los árboles con sus figuras y sus formas caprichosas nos ayudaban en nuestros apoyos, estando con un ojo en el suelo y el otro en el peculiar color azul del paraguas de nuestro improvisado guía, apartamos nuestro cansancio detrás de un candado de nuestro cerebro, teníamos por delante una caminata importante hasta el hotel y hasta las vías del tren, que eran nuestra referencia a la hora de volver a nuestro punto de origen.

     Le dimos a nuestro pintoresco guia 2000 rupias por su ayuda, y utilizo ayuda porque realmente lo fue y mucho, desde luego, nosotros solos no hubiéramos llegado, y con los huesos calados y la lluvia golpeando en la cara nos encaminamos hacia la estación de tren de ELLA.

     Tras una hora larga de pateo, llegamos al hotel, ducha caliente y a regaña dientes, me puse en pie y volvimos al pueblo para comer algo, la verdad es que me hubiera quedado tan ricamente tumbado en la cama, esperando a que un alma cándida me trajera algo que echarme a la boca, llegamos a eso de las 15.00h al sitio que habíamos seleccionado para comer, hay que tener en cuenta que a las 17.00h habíamos quedado con la chica del GARDEN SPICES a para el curso de cocina, y desde luego no había ninguna intención de volver a la habitación del hotel después de comer, ósea que hicimos tiempo entre couldina y couldina ante el asombro del camarero que no había visto en su vida una bebida efervescente y a eso de las 16.45h nos encaminamos con los estómagos en la boca de comida a preparar la cena que estaba programada para las 20.00h.

    Tras las presentaciones pertinentes, y el menú que nos iban a enseñar a cocinar, nos dirigimos a la cocina, con nuestros apuntes en mano como chicos buenos, alguno renuncio a escribir y se dedicó a sacar fotos y documentar el momento, tras un mal golpe de ajos encima de la mesa, y la invitación a que pelara 20 dientes de ajo, decidí que esta no seria mi película, y mas con la pasta que me había comido hace unos minutos revoloteando todavía por mi boca, por lo que cedí mi cuchillo a tan pintoresco chef y le deje que hiciera sus milimétricas recetas como le diera la gana.

     Tras 2 horas y media de preparación, 20 dientes de ajo, no 21, 15 hojas de curri no 14, 4 trozos de pandan, no 3 y media y 1/4 de curry y no 1/5. Estas cosas me ponen de los nervios, nos sentamos en la mesa acompañados de unos chicos franceses muy simpáticos para intentar hacer hueco en nuestros estómagos.

     De allí salimos como entran las embarazadas al paritario, agarrándonos la panza y sin poder caminar, menos mal que el trayecto al hotel hizo que nuestra anatomía volviera a su sitio, unos a una velocidad y otros a otra.

    Tras copia de seguridad y algún lloriqueo por falta de espacio, me di la vuelta y no quise saber nada mas de gigas.

Mañana seguimos.