EN BUSCA DEL NIRVANA 01/11/2014 By Morfeo

     Son las 6.00 am y suena el despertador, nuestras carnes estas descansadas, hubiera podido dormir encima de una cama de alambres de lo agotado que estaba del día anterior,ducha reparadora y nos encaminamos con paso firme a desayunar, para empezar un zumo natural acompañado con un plato de fruta compuesto de piña, papaya, sandia y plátano, mantequilla, mermelada de naranja y melocotón, tostadas y una buena taza de café con leche, hacen que nos levantemos como resortes de la mesa para dirigirnos a nuestra primera visita del día. Manoj ya nos esperaba en la puerta del hotel para encaminarnos hacia Mihintale. Está situado a unos 13 km de Anuradhapura y optamos por hacer primero esta visita con las claras del día para evitar el calor y la humedad que puede llegar a picos del 90%. Antes de llegar a la entrada del recinto, tuvimos que pagar 500 rupias por persona, que al cambio son aproximadamente 3€. 

     

     Manoj nos consiguió a un guía (1500 Rupias+propina) para hacer el recorrido del recinto, muy amable y servicial como todo el mundo que nos hemos encontrado en Sri Lanka, nada mas llegar a la entrada del recinto, nos encontramos un cartel en el que ponía que había 1840 escalones, mis pobres rodillas iban a sufrir el castigo del querer conocer, al subir el primer tramo había un puesto en el que tenias que dejar tus zapatillas por respeto a Buda, la verdad es que estuve dando saltos de alegría, ya que se me olvido la piedra pómez y con la caminata se me iban a poner las plantas de los pies al día, suaves como las de un bebé. Estuvimos solos en el recinto, y eso se agradece. Pudimos disfrutar para poder sacar todas las fotografías que quisiéramos y mas, sin molestar a nadie y que nadie nos molestara, aunque a veces el enemigo lo tienes en casa.... 

     Increíbles las vistas desde lo alto, pudiendo ver en el horizonte un remanso de paz, hay una barandilla de seguridad que hace que la subida no se haga tan complicada. Hicimos fotos hasta cansarnos, unos mas que otros, y el guia nos enseño pequeños rincones donde la fotografía se hace grande. Esperábamos que las 1840 escalones se tuvieran que subir de una vez, pero para alegría de nuestras articulaciones, está repartido en varios tramos por lo que no se hace nada cansado. Entramos también en el tempo de Buda, mucho ojo al hacer fotografías, no esta permitido darle la espalda a Buda mientras te haces una foto, muy importante para evitar problemas y es algo en lo que están muy encima, lo consideran una falta de respeto a Buda.

     Cuando terminamos la visita, Manoj ya nos estaba esperando con otro guia llamado Neal que nos iba a hacer la visita a los templos patrimonio de la humanidad de Anuradhapura, pero nuestra primera sorpresa fue que que este señor conocía uno de los rincones sagrados de los monjes, donde meditan y viven en retiro, fuimos sigilosos como las leonas que están al acecho de su presa, llama la atención toda la limpieza de la zona, cada piedra colocada en su sitio, ni mas alta ni mas baja, una alfombra de arena se abre paso entre nosotros para llevarnos al paraíso, con solo cerrar los ojos, ya notabas como la energía se apoderaba de tu cuerpo. Tras este momento cósmico, y todavía relamiéndonos por el momento vivido, volvemos a la furgoneta rumbo a Anuradhapura.

     El precio de las entradas es de 3250 rupias, se tiene que mantener el ticket para todos las stupas, ya que si no llevas el ticket o te desprendes de él, tendrás que volver a pagar en cada uno de ellos. Llama mucho la atención la devoción por Buba y lo tienen arraigado a sus raíces, ya que desde su más tierna infancia ya encuentras a muchos niños con los mismos hábitos que sus padres. A cada stupa que entrábamos teníamos que hacer el mismo ritual, fuera zapatillas y nosotros que somos muy chulos, pues nos desprendíamos de los calcetines, hay que tener en cuenta q vamos a estar muchos días en Sri Lanka y no podemos ensuciar toda nuestra ropa en los primeros tres días, jijijijijijijiji entre stupa y stupa la cazadora iba detrás de caracoles, escarabajos, gallinas, y demás especies que se alimentaran por el recinto, del que no pudimos desprendernos hasta pasadas las 4 horas de visita fue del gorila, pero tocamos con la tecla adecuada, le dimos sus 2000 rupias (más propina) y se fue a hacer su show al siguiente grupo, jijijijijiji.

     La parte positiva de toda esta travesía entre historia de la humanidad, es que además de aprender y disfrutar de ella, nos hicieron un test sobre el budismo y los colores de la bandera, pero todavía estábamos atascados con los mangos y la mezcla de colores y de conceptos nos hizo suspender estrepitosamente, hasta uno de nosotros confundió la bandera budista con la de Sri Lanka, desde luego que no fui yo (INCISO CRIS: rectifico!!!! lo que dice Morfeo...fue él!!!!).... Bueno por si sirve de algo, los colores del budismo son los siguientes, no vaya a ser que te encuentres con el mismo guia y te pongan mirando contra la pared y te den un azote. Azul= ojo. Amarillo= raíces. Rojo=corazón. Blanco=pureza. Naranja=conciencia. Y la ultima parte que son varios colores= alcanzar el NIRVANA. Mañana seguimos.