DIA DE TRANSITO: ELLA TO TISSA 15 NOV 14 By Adventure

Si habeís leído la entrada entera de Falcon Cris, si llorabais mientras os deiletabaís con nuestros trekking por los Horton Plains, si no os rendisteis tras la gran tormenta en Ella Rock, entonces podeís aguantar la resaca posterior, el día siguiente, la noche donde nuestros cuerpos se recuperaron del tremendo día trekking and cooking, o “trecooking”, un binomio mortal, una experiencia mas allá de la realidad, el concepto de un nuevo viaje de aprendizaje, tal es el caso que a la mañana siguiente en vez de tres, solo quedábamos dos, el ultimo yacía  panza abajo, inmóvil, etéreo y con un sube y silbante sonido que repetía las siguientes palabras : “ yo no voy al Little Adams Peak”, bueno esto traducía... lo que se oía era: inovoyliAdampe, ohhh.

Pero los valientes, los que que nunca se quitan las botas tras un buen trekking por que saben que los pies se hinchan y sudan, o viceversa, pero, no huelen por que llevan plantillas, aquellos aguerridos viajeros que untan sus cuerpos del Relec mas fuerte e insoportable para pasearse entre millones de mosquitos, esos aventureros que aunque arrastren sus piernas , no sufren, pues saben que pueden conseguir su foto mas preciada, esos que no otros, armados de sus cámaras, a primerísima hora de la mañana emprendieron la subida al Little Adams Peak. 

El día nos sonreía, la mañana nos agradecía el esfuerzo con una luz inusual, y tras poner un paso delante del otro, recorrimos el certísimo camino, gracias a dios, y guiado por dos maravillosos perros callejeros, ascendimos al monte, tras subir unos 35-40 escalones, las vistas eran maravillosas, un imponente roca, una sin igual cascada, un paisaje de los mas agreste, hasta que tras darle no muchas vueltas nos dimos cuenta que era la imponente Ella Rock. Tan imponente que si llegamos a hacer el Adams Peak primero no pisan nuestro pies ese infierno. 

Desde el punto mas alto de Little Adams Rock, se contemplaban unas vistas de ensueño, pero no , con eso no estábamos contentos, tuvimos que ponernos a hacer fotos artísticas, que si brazos abiertos, que si cerrrados, que si así no que te da el solo y no se vela nube de la izquierda y demasiado la de la derecha, un calvario de fotos, aunque esta vez bien merecieron la pena, no por el modelo, válgame Dios, si  no por la maravillosa y espectacular luz que nos llegaba de un sol que no veíamos desde hacía días. 

Descender la montaña y llegar al hotel Ravana Heigth para hacer un espectacular desayuno todo fue uno.

 De ahí al coche, del coche parada para fotos en las cataratas Ravana Falls (fotografiadas por digamos para no exagerar cuarta vez, pero claro esta ultima con luz solar), compra de una roca de cuarzo de unos 2 kilos (cuando la maleta vió lo que se le venía encima quiso volver a tienda de la que un día se la saco).

El viaje hacia Tissa confortable, la llegada ajetreada, teníamos que empezar un Safari en el Udawadawe National Park, y teníamos que ingerir alimentos sólidos, un paso por un restaurante de carretera, unos sandwich club después saciaron nuestras barrigas para comenzar un día sin par. 

El 4x4, con un equipamiento amplio, seis asientos, respaldo ergonómico, posa vasos, y un aire acondicionado por los cuatro costados, nos llevaría a descubrir una extensa fauna, veáse: pájaro verde, pájaro azul (martín pescador), en el pequeño lago: picos, pelicanos, garzas blancas, (lástima que no hubieron cocodrilos), elefantes, elefantes bañándose, elefantes comiendo, búfalos comiendo, bañandose, restregandose con barro, quitándose moscas, jabalis, elefantes muy cerca, mira que bonito hazle mas fotos, elefantes mas cercas , 4x4 que se mueve, elefante que no le gusta , elefante que barriga, se acercan otros dos y se ponen a su lado y se enfrentan al jeep, gritos, no saquen mas fotos, sudores, miedo, se escapa alguna gota y no es de sudor…..guía que dice: no pasa nada son amigos; ufff, relax, risas, más risas, te asustas de nada, sacan cámaras, fotos, fotos, y más fotos…

Con la emoción del safari, nos dirigimos a nuestra morada en Tisas, una hermosa villa en un entorno sin igual. Tras un aseo rápido, no vamos de cena a un local típico de comida de frutos del mar, y a pesar de estar los mariscos fríos, estaban buenos, pero ya no teníamos mas fuerzas, ni para protestar; la cama nos esperaba y nosotros a ella.